Confieso que es posible que se trate de mi primera novela ambientada en Japón y las sorpresas fueron abundantes en esta obra de Bradley, precisamente por la amplísima documentación y su innegable afición a la cultura japonesa. El estilo con el que se maneja se ve en pocas novelas puesto que regularmente tienen una sola voz o, en mejores términos, los acontecimientos presentados son descritos mediante distintos tipos de narrador. Cada capítulo tiene su propia técnica, así como historia cuya interrelación de los personajes es igualmente aplicada en la obra de Mónica Bustos con “Novela B”, solamente que, en este caso, se realizó todavía de forma más amena que la obra anteriormente citada. Esto lo convierte en un acierto doble, por su gran complejidad narrativa debido a la variedad de géneros como la ciencia ficción al aplicarse tramas con robots y adelantos científicos diseñados ficticiamente por el autor. Es una experiencia muy gratificante ver cómo puede una novela ser separada en capítulos que podrían pasar por emancipaciones de historia sin alteraciones significativas, pero que, al mismo tiempo, necesitan una de otra para ensamblarse dichas piezas. Además de estar satisfecho con esa lectura, se ha catalizado finalmente la mala impresión de la tanta sangre derramada en la novela de Bustos y aún adoptando su misma técnica narrativa, pero, con mejor desarrollo en términos temáticos.
hace 2 semanas