Toda la historia transcurre durante la posguerra en Italia, concretamente en Roma; Pasolini consigue trasmitir la dureza de la vida durante esos años sin entrar en demasiadas descripciones, tan solo siguiendo a un un grupo de chavales desde su infancia hasta su adolescencia.
Es un libro ameno y, diría, que bonito dentro de la crudeza, trata con bastante cariño a los chavales, como si les entendiese y les disculpase, de hecho su forma de relatar y el lenguaje que utiliza es similar al que utilizan ellos en los diálogos.
Me ha gustado mucho.