Qué diferentes se ven las cosas simples de la vida desde la perspectiva de un potencial enfermo terminal, como es el caso de los dos jóvenes protagonistas de esta historia. Considero lo anterior como uno de los principales méritos de esta novela, en la que las relaciones y la forma de interactuar con la gente, siempre está condicionada por una espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza día tras día.
A pesar de lo anterior no es un libro cargado de amargura, por el contrario, la condición de los personajes pasa a ser una constante es su vida y, en ese contexto, creo que el autor ha logrado un resultado muy bueno, desarrollando increíblemente bien la mirada tanto adolescente como adulta de la situación, a través de un relato muy realista, conmovedor e incluso con ciertos toques de humor.
Con un comienzo algo flojo, hacia la mitad del libro la lectura se hace imparable, tanto por los propios acontecimientos, como por la química entre los protagonistas. Excelentes diálogos, enmarcados en personajes muy carismáticos.
hace 10 años
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