Joaquín Estefanía analiza en esta obra la arrogancia con la que los países ricos acogen los desastres, bien naturales o creados por la mano del hombre. Cuando se produce una crisis, piensan que nunca les va a alcanzar a ellos. Desde que cayó el muro de Berlín, en 1989, el capitalismo ha experimentado una metamorfosis sin precedentes, con una concentración económica impresionante que ha cambiado la naturaleza del poder.