Obra muy divertida, me he reído mucho. Es la típica comedia de enredos y malentendidos pero también contiene crítica social, reivindicación obrera y reflexiones sobre el sentido de ser honrado cuando la clase dirigente se aprovecha de ello para hacer la sociedad mas desigual. Hay muchos momentos para partirse de risa. Lo mejor es la capacidad de Antonia de inventarse mentiras, cada vez mas disparatadas, para ocultar lo de la comida robada. Y su marido Juan que se las traga todas sin rechistar. No os la perdáis.

No es difícil suponer que esta obra teatral tendrá un matiz satírico de orientación político-social, conociendo cual era la de Darío en sus obras. . El principio es muy de la vida, que, aunque fue escrito en 1974, podríamos verla en televisión, actualmente, con unos diálogos muy chispeantes, divertidos. Luego deriva ya más abiertamente hacia lo político-social, entrando en unas charlas y situaciones un tanto ...tontas, a mi entender, no muy reales. Discretamente divertida, a ratos; otros, cansa.