Dolida tras el enésimo desaire de su amado coronel James Lacey, la irreductible Agatha Raisin se encomienda a los augurios de una adivina: encontrará el amor verdadero en Norfolk. Sin dudarlo ni un segundo, y decidida a romper amarras con su apacible vida en Carsely, Agatha abandona el pueblo y se instala en una encantadora casita de campo en Fryfam. Allí, espera la llegada del príncipe azul disfrutando del caluroso recibimiento de las damas de la localidad, a las que engatusa fingiendo escribir una novela policíaca titulada Crimen en la mansión.
Sin embargo, una serie de sucesos curiosos alteran su tranquilidad y la de su nuevo lugar de acogida: se ven lucecitas extrañas bailando en los jardines, sus queridos gatos desaparecen y se producen robos de piezas de cerámica y cuadros, como un famoso lienzo del afamado pintor George Stubbs. Pronto empiezan incluso a circular historias sobre la presencia de hadas…
Por desgracia, la propensión de nuestra heroína a meterse en problemas la lleva a establecer una serie de relaciones peligrosas y, cuando el terrateniente local Tolly Trumpington-James es hallado muerto de la misma manera que Agatha había concebido en su novela, ella se convierte en la principal sospechosa. Aunque está en condiciones de volver a Carsely, decide quedarse y, en compañía de Charles Fraith, intentar resolver un misterio tan sumamente enrevesado que parece imposible de aclarar.