Apenas el pasado 29 de junio les comenté sobre “La amiga estupenda”, primer volumen de la saga creada por Elena Ferrante, y da gusto que Lumen no haya dejado pasar mucho tiempo para poner en nuestras manos “Un mal nombre”, el segundo volumen.
Primera recomendación: leer en orden; el primero ya se les recomendé a morir, y para quienes no les guste los post largos, les digo desde ya: “Un mal nombre” es un gran libro! Así que vayan a la librería, y si no lo han hecho, compren y lean “La amiga estupenda” y después, “Un mal nombre”. No se arrepentirán!
“La amiga estupenda” es una novela de iniciación, que abarca la infancia y la adolescencia de las dos amigas, Lila y Lenú, narrada retrospectivamente por Lenú y que transcurre en un barrio pobre de la ciudad de Nápoles poblado por decenas de personajes, que dan soporte a la novela y ayudan a definir los valores y códigos de conducta que se viven en el barrio, y como éstos, condicionan la decisiones de las amigas.
“Un mal nombre” inicia justo cuando terminó el primer volumen: con la boda de Lila, y la saga continúa narrando la historia de nuestras protagonistas, Lila - mal casada - y Lenú, cursando bachillerato y estudios superiores con gran éxito.
La novela transcurre a finales de los 60´s, entre Nápoles y Pisa, donde Elena cursa sus estudios superiores,; Lenú regresa cada período vacacional a su barrio viejo, viejo barrio, pletórico de personajes que tratan por las buenas, y por las malas, de sobrevivir, aunque en este segundo tomo noté que ya el barrio, Napoles, dejan de ser protagonistas, para centrarse en los personajes.
La protagonista de este volumen ya no es Lilia, cuyas malas decisiones, provocadas por educación, cultura y me parece, una ambición mal encauzada, la lleva a vivir a sus escasos 16 años un matrimonio fracasado, con engaños tanto de ella a su marido (Stefano) como de regreso.
En cambio Elena, Lenú, deja de ser la sombra de su amiga, y transita de la adolescencia a la juventud adquiriendo experiencias, madurez y éxitos.
¡Me encantó! No sé hasta donde va a llegar los reconocimientos que está recibiendo Elena Ferrrante por esta saga. Pero lo que sí sé es que, después de leer los primeros 2 de los cuatro tomos de la serie, les puedo decir que me muero por tener en las manos, a la voz de ya, “Las deudas del cuerpo”, tercer volumen para devorarlo igual que el primero y el segundo, en una placentera sentada literaria.
Ya no les cuento más. Vayan a la librería, que no se arrepentirán.
hace 5 años
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