Como veis en esta entrada he decidido no optar por introducir una pequeña sinopsis, se debe a que el argumento avanza poco respecto a la tercera entrega. Aparte de ser una narración que da muchos saltos entre los personajes principales, estos interactúan con entornos muy cambiantes así como con personajes con nombres difíciles de recordar, para no desvelar la trama, simplemente diré que el brujo en esta ocasión tiene un papel secundario y que todo se centra alrededor de la pequeña Ciri.
La saga está perdiendo fuelle, o al menos esa es mi sensación. En un principio, en el primer volumen, el autor mezclaba el mundo de fantasía como los autores de los films del ogro Shreck, es decir, aparecían criaturas fantásticas conocidas por todos y al igual que con el ogro, el autor le daba a la obra ciertos toques cómicos e irónicos que quedaban muy bien, siendo su plato principal la acción y la personalidad de Geralt, todo sazonado con esa forma de narrar tan peculiar que os he contado en las anteriores entradas.
Como ya os hablé en la última entrada (volúmenes 2 y 3), se aparta ese número de misiones independientes para ir centrándose en una historia general de carácter épico. El cambio le está sentando mal, al menos en esta cuarta entrega. Todo se hace un poco más confuso, aparecen muchos países de nombres extraños acompañados de sus representantes a lo cual más extraños y si encima, le sumamos esos saltos espaciales y temporales, el perderse del argumento y quedarse un poco en lapsus mental es muy sencillo.
A parte, está el desplazamiento de Geralt de la trama principal para dejarle todo el espacio de atención a Ciri. Este último, no es un mal personaje, pero eso de crear una niña prodigio que adquiere múltiples disciplinas tan útiles en tan poco espacio de tiempo y además, ser la llave de la salvación o destrucción del mundo del momento… La figura del niño prodigio está muy explotada, sobretodo en la literatura fantástica: Eragon, Harry Potter, Crepúsculo?, etc.
De todos modos, el autor no estaba llevando a buen puerto la personalidad de Geralt, en ocasiones, respuestas, formas de pensar, interacción del personaje con otros, hacía que entrechocara un poco con lo visto anteriormente, sobretodo en los volúmenes 1 y 2. Probablemente, intentara dar evolución a la personalidad del Brujo sobretodo desde la aparición de Ciri que es como una hija para él, pero la transformación ha sido muy brusca y muy dispar, ha querido condensar en 300 páginas cambios importantes y mucha acción y muchos saltos y más acción y… ¿Me seguís? Parece que el hombre ha escrito sin pausa perdiendo un poco el enfoque global.
Conclusión
Está bien, pasan cosas interesantes pero está perdiendo ese sabor que deja el primer libro cuando terminas de leerlo. Veremos a ver que pasa en los siguientes libros. Por el momento, para desconectar un poco estoy leyendo otro libro distinto de esta saga, fuera del género fantástico, siento que esta saga me empieza un poco a saturar.
Elqueluchaconel.blogspot.com
hace 13 años
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