Una de las reglas improtantes de una novela es que su protagonista tenga algo que lo haga interesante, que el lector se identifique con él o vea algo que le haga engancharse a la novela. Esto no pasa en este caso. No se si la autora lo hace aposta, pero esta especie de historia o biografía la forma que tiene de retratarse a si misma es verdadéramente mala. A veces resulta egoista otras ridícula, comportandose más como una quinceañera caprichosa que como una periodista con cierto bagaje. De lo peor que he leido en toda mi vida.
hace 9 años