Quién mejor para hablar de James Joyce que otra figura ilustre de la literatura irlandesa. Alérgica a los discursos académicos y elitistas que con tanta frecuencia suscita el culto a Joyce, Edna O’Brien nos brinda un retrato vívido del escritor, guiándonos con sutileza y pulso narrativo por el periplo vital y artístico del autor del Ulises, por las ciudades y las obras que erigieron su leyenda, homenajeando a su vez a tres mujeres sin las cuales nada hubiera sido lo mismo: Nora Barnacle, Sylvia Beach y Harriet Shaw Weaver. Un libro que reverdece al instante la necesidad de releer la obra del mayor autor en lengua inglesa del siglo XX y, para el neófito, constituye la mejor puerta de entrada al universo de este irlandés inmortal.