El I Ching encarna, como ninguna otra obra, el espíritu de la cultura china. Es un libro de sabiduría que contiene una interpretación de todas las leyes que rigen el universo. Indica las directrices de cómo comportarse para permanecer constantemente en armonía con ellas. Esta obra actúa como una especie de «,transformador»,. Por una parte, incrementa nuestras energías y capacidades, facilitando la unión con la «,Fuerza motriz del Cielo»,, por otra, permite descender a niveles más profundos de conciencia. Así como para Lao Tsé y Confucio fue material de inspiración, para Gengis-Khan fue el oráculo fiel al que sometió sus decisiones políticas y militares.
El tema central del libro son los «,cambios»,: El Yin y el Yang, lo masculino y lo femenino, ambas expresiones opuestas y complementarias de los estados cambiantes del ser.
El I Ching puede ser utilizado como un oráculo y también como un libro de sabiduría, con lo cual el hombre de nuestro tiempo puede establecer un equilibrio entre su personalidad individual y la comunidad humana, y a la vez, restablecer su unión con el Cosmos.
Al mismo tiempo, nuestro comportamiento se torna más sabio y más justo. Esta edición es la traducción de la versión alemana de Richard Wilhelm, realizada por la psiquiatra Dra. Helena Jacoby de Hoffmann. Además del prólogo de Wilhelm, incluye una introducción y notas aclaratorias de la autora de esta versión.
«,Lola Hoffmann fue un mujer de tierra y cielo. Su profundo conocimiento de la fisiología humana la conectó siempre con la Tierra, la biología, la vida en toda su magia y trascendencia. El amor, la intuición y su estrecho contacto con la naturaleza la elevaron a niveles místicos de comprensión y captación de verdades y realidades increíbles, que ella supo transmitir generosamente. Su traducción del I Ching ha sido su ofrenda más grande a los lectores de habla hispana. En el prólogo de esta obra se percibe toda la riqueza de su sabiduría y su inmensa capacidad de penetrar en el sentido de lo profundo, cualidades con las que esta gran mujer contribuyó a despertar y a cambiar la vida de un gran grupo de chilenos. Su amistad enriqueció mi vida y me dio elementos definitivos e imborrables para transitar los momentos más difíciles de mi existencia.», ADRIANA SCHNAKE SILVA Chiloé, 2006
Richard Wilhelm (1873-1930), el erudito sinólogo más importante de la primera mitad del siglo XX, trabó conocimiento con la milenaria sabiduría china al ejercer como pastor misionero luterano en ese legendario país. Wilhelm tardó más de diez años en traducir al alemán el I Ching o Libro de los cambios, antiquísimo tratado de sabiduría oracular. Las autoridades educativas, universitarias, diplomáticas, etc., del país huésped dieron toda clase de facilidades al ilustre alemán para estudiar e investigar sus sentimientos filosóficos y creencias religiosas, por lo que pudo acceder a bibliotecas públicas, privadas y al contacto con los más acreditados filósofos y sabios de su elección. Así redactó su monumental obra Religión y filosofía de China (en ocho volúmenes), algunos trabajos menores y su célebre traducción del I Ching. Tanto en Tübingen y Hamburgo (Alemania) como en Tsing-tau y Pekín (China), fundó instituciones para divulgar y profundizar en esa importante rama del conocimiento humano que es la sinología.