Ha sido una agradable sorpresa encontrarme con esta pequeña joya de la novela negra de unos autores que no conocía. Parece mentira que un relato de este género pueda tener cabida en la Suecia de los años 60, pero Maj y Per lo bordan, y sus personajes resultan mucho más creibles que los de Mankell y Larsson. Me la he leído de un tirón.

Me ha encantado esta antigua novela protagonizada por el inspector Martin Beck, y que tan bien describe el minucioso proceso de indagación que lleva la policía para, a partir de nada, dar con un asesino. Está firmada por los padres de la novela negra nórdica, y en mi opinión, es mejor que la mayor parte de la obra de los afamados y sobrevalorados Mankell y Lackberg

DE MÁS A MENOS. Esta novela de, según Henning Mankell, los patriarcas de la novela negra sueca, plantea un enigma de inicio mas que atractivo, propio del mismo Mankell, consiguen inventar una trama interesante en sus puntos vitales, pero al mismo tiempo ves como poco a poco, el desarrollo de la misma va decayendo, se alarga, tránsita ámbitos de inacción, y acaba rozando lo tontorrón. Quizás la poca empatía de los personajes, lo poco sagaz del propio protagonista, el entorno tan lúgubre que describen (Dios mío, Suecia, que hubieran escrito estos si hubieran nacido en España), y la inacción y frialdad general, hacen que el interés por la novela vaya disminuyendo, y se desmorone por lo que en mi opinión es un final poco acertado.