Industriales, propietarios agrarios, arrendatarios, fabricantes, comerciantes, banqueros, hombres de negocios o directores de empresas desfilan por las páginas de este libro, mostrándose como un conjunto social heterogéneo por su origen, ingresos y capacidad de influencia. En este mapa plural, que abarca desde el último cuarto del siglo XIX -tiempos todavía liberales- hasta hoy, tiempos democráticos que hemos alcanzado tras una larga y profunda crisis política en la que sucumbió el régimen liberal, fracasó la experiencia democrática republicana y sufrimos una guerra civil que desembocó en una prolongada dictadura, resulta improbable identificar una oligarquía que actuara como tal y cuyos pasos puedan seguirse. Los autores defienden la autonomía de la acción política en relación con los intereses económicos, lo cual no significa que discurran por vías que no se tocan sino que tienen lógicas diferentes, a veces compatibles pero otras veces encontradas, y en muchos momentos con una clara primacía de la política sobre los intereses. Esta obra somete a prueba a una interpretación simplista de nuestra historia, liquida multitud de tópicos y llena no pocos vacíos.