Es el tercer libro de la saga y no decae para nada. Al Departamento Q llega una botella con un mensaje parcialmente visible, escrito con sangre. Carl Morc, Assad y Rose empiezan a buscar pistas mientras, paralelamente, el autor nos relata quién es el asesino, su historia, modus operandis y contexto actual. El caso es el rapto de niños/adolescentes que provienen de familias que participan de sectas religiosas. Muy entretenido, jamás aburre.

Me pareció decepcionante principio a fín, demasiados personajes parcheados y puestos ahí sin venir a cuento en ciertas ocasiones, muy monótono y bastante aburrido en mi opinión.

La construcción de los personajes ha ido mejorando con cada nuevo libro de la serie, y en este definitivamente te sentis en ese sotáno, con Carl, Assad y Rose. Los 3, cada uno con su fuerza propia, se complementan perfectamente, no tienen fisuras. Los diálogos son increíbles, las salidas que tienen son imperdibles, alternas entre sonrisas y hasta risas con momentos de tensión por el suspenso que se crea alrededor de la trama, muy bien construida. Adler-Olsen es recomendable sin ningún tipo de dudas.

Que giros mas imprevistos hasta que el caso llega al departamento Q , como siempre increible. Que equipo. La trama te engancha totalmente.

Tercero de la saga, y para mi gusto, mejor que los dos anteriores. No ha habido ninguna parte que notase más lenta, como me ocurrió con los anteriores. Las aventuras de Carl y Assad siguen enganchándome. Recomendable, aunque tal y como dice la otra lectora, para ser novela negra nórdica.

Como todos los libros de temática negra, me absorben de tal manera que soy incapaz de abandonar su lectura. Me pasó lo mismo con este, aunque por supuesto desde una optica própia de los paises del norte de Europa. Muy entretenido.