La primera parte de esta trilogía, "La biblioteca de los muertos" me pareció muy original y entretenida. Sin embargo, los otros dos títulos -"La biblioteca de los muertos" y "El fin de los escribas"- no me parecen sino una manera de rizar el rizo y sacar provecho de la gallina de los huevos de oro.
La acción, que se sitúa en el año anterior al supuesto fin del mundo, se intercala con hechos ocurridos en los siglos XIII y XVIII. Y si en el segundo volumen Glenn no podía evitar introducir a Shakespeare en la trama, aquí va más allá e involucra al mismísimo Benjamin Franklin. ¿Os recuerda esto a alguna peli protagonizada por Nicolas Cage? Pues eso.
Sí que es entretenido y se lee rápido, pero aporta muy poco -o nada- nuevo a lo anterior. Además, el desafortunado título español básicamente nos indica qué va a ocurrir. El original, "The Librarians", era mucho más acertado; claro que la pregunta sería... ¿quién se compraría un libro llamado "Los bibliotecarios" por estas tierras?
Cooper, que sabe que ha escrito un best seller de consumo y olvido rápido, nos recuerda qué ha ocurrido en los dos primeros libros mediante una redacción escrita por el hijo del protagonista. En serio, de no haber sido por este capítulo hubiese tenido que releerme lo anterior. Una vez refrescada nuestra memoria, nos encontramos con un Will Piper que, a pesar de su edad, sigue siendo un ligón al que no se le resiste una churri y a una sufrida Nancy cuya intervención es poco más que anecdótica. Se da bastante protagonismo al hijo de la pareja, Phil, que es tan listo como su mami y tan apuesto como papi así que, a pesar de que todo se resuelve y parece que se han atado todos los cabos, huele a que la saga continuará. Ya me contáis de qué van los próximos libros.
hace 11 años
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